16/3/08

Reflexión final del bloque I de Psicología de la personalidad

Si uno de los objetivos del presente escrito es mostrar en qué medida y forma ha cambiado mi pensamiento, a causa de los nuevos contenidos tratados en la asignatura, habré de comenzar por exponer una síntesis de ellos, de manera que luego den lugar a una reflexión.

- ¿La realidad es lo observable a simple vista, o lo interno y sólo accesible mediante la medición? -

Una de las primeras cuestiones que me ha surgido es por qué el origen de la Psicología fue tal como fue, es decir, por qué su origen estuvo cercano a la filosofía, y por qué sólo desde hace muy poco tiempo se la considera como una disciplina científica. Considero que los intentos del ser humano por entender su mundo fueron en sus orígenes mas factibles si se éstos mismos se referían a algo observable, como se puede tratar, por ejemplo, del movimiento de las estrellas en el cielo. De esta manera, de lo no observable, ni siquiera se consideraba su existencia. Si enlazamos esto con la idea de que las conductas de las personas tienen su origen en sus características internas, las cuales además inferimos, ya que no son observables, nos podemos aproximar a una explicación a la cuestión que planteaba.

Tras lo anterior, se pude ya exponer el concepto de personalidad y el objetivo de la Psicología de la Personalidad. La primera se refiere a la organización dinámica de todas las características psicológicas de la persona, lo cual, da coherencia a su conducta, por lo tanto, la ciencia encargada de estudiarla tratará de explicar tal personalidad en los individuos, además de las diferencias que existan en ésta entre distintas personas. También hay que añadir a lo anterior que el hecho de que las conductas de las personas sean coherentes con su personalidad, da lugar a la posibilidad de hacer predicciones sobre comportamientos futuros, a partir de comportamientos pasados.

A raíz de lo que acabo de exponer, no tardó en surgirme la siguiente cuestión, y es que, si consideramos que tenemos cierto grado de control sobre la personalidad, es decir, los procesos de la personalidad son perceptibles para el propio sujeto, a los cuales puede acceder a través de su conciencia, me pregunto dónde estará la frontera entre sentir y actuar, entre la emoción y la conducta; ya que lo visible de nosotros, por lo que se nos puede juzgar y analizar, y lo que da forma a nuestras relaciones con el medio son nuestras conductas.

Para proseguir con la reflexión anterior, antes he de comenzar por un ligero análisis del crecimiento y maduración de la Psicología de la Personalidad, el cual, sin duda fue marcado por la influencia que en sí tuvo el movimiento del neopositivismo. Según este, las teorías o hipótesis para ser científicas debían de poder ser reducibles a contenidos, alejadas de la especulación, verificables por la experiencia inmediata, y sobre todo, capaces de ser medidos directamente. Así pues, la presente disciplina tuvo que adquirir métodos que le permitieran explicar fenómenos y predecirlos, para establecer leyes y principios generales. Aquí es donde surgen los rasgos o factores, los cuales trajeron consigo el poder clasificatorio, y la posibilidad de describir y predecir conductas. Decía en el párrafo anterior que necesitaba remontarme al desarrollo de esta disciplina científica para enlazar con el siguiente punto de la reflexión que estaba llevando a cabo, dicho punto son los patrones de conducta, existentes gracias a la concepción de los rasgos o factores de la personalidad. Aún teniendo a nuestra disposición este instrumento con capacidad descriptiva y clasificatoria que son los rasgos, sigo sin ver clara la línea que separa la emoción y la conducta, si tenemos en cuenta que los individuos, gracias a nuestras consciencia, podemos acceder a los mecanismos de la personalidad. De momento supongo que la forma en que se acceda a dichos mecanismos, y la relación que se mantenga con ellos, también serán parte de ese todo que es la personalidad. En relación a esto, encuentro apropiada una afirmación que hace Cattell quien advierte de la posible pérdida de vista del objeto humano en su totalidad con la reducción de la personalidad a los rasgos.

Así pues, desde este modelo de los rasgos, la personalidad sería medible por ciertos rasgos, a la vez que reducible a éstos. Aquí encontramos también una cuestión muy relevante, y es que si bien éstos no son condicionales y relativamente independientes del contexto, también se puede considerar que limitan nuestra comprensión del comportamiento humano, ya que no pueden representar la conducta contextualizada. Surge así la necesidad de incorporar otras fuentes de información, tales como los intereses personales, para obtener un resultado más matizado y por lo tanto más preciso de las personas. Estos intereses personales se refieren a lo que las personas quieren y a sus motivaciones, dentro de los determinados roles que ocupan en sus vidas. A pesar de ello, hay quienes consideran que es vital también contar con métodos de recogida de datos aún más cualitativos, esto serían las historias de vida, consistentes a una narración que buscaría la unidad y el propósito de las vidas humanas.

Los argumentos anteriores creo que mantienen una estrecha relación con una frase que se ha comentado más de una vez en clase, y es en esencia que los números, en referencia a los datos cuantitativos, no nos van a quitar la tarea de pensar, de esta manera me hago partícipe de esa opinión, y considero que, de alguna manera, cada uno de los tipos de datos puede tener una función complementaria, para comprender a la persona, la cual es indudablemente un todo, aunque se reduzca su personalidad a unos rasgos para intentar comprenderla.

Otra idea que me gustaría mencionar es gracias a esta disciplina, más allá de que utilice los métodos que unos u otros consideren los idóneos, ha sido capaz de llegar a la distinción de lo humano y lo inhumano a partir del establecimiento de la estructura interpersonal de la conducta. Esto, creo que es un logro mayúsculo para la especie, aunque no se pueda apreciar al pertenecer al mundo de lo no visible. Estas estructuras interpersonales serían el fruto del proceso evolutivo en el que está embarcada la especie humana, el cual está marcado por su relación con el medio, dentro del cual se encuentran los iguales. Así pues, creo que simplemente estamos en un periodo concreto dentro la evolución del entendimiento de comportamiento humano. Al cual, también considero, que tanto métodos y datos cualitativos como cuantitativos tienen mucho aún que aportar. Para concluir, intentaré analizar en cómo y en qué medida me ha cambiado el pensamiento los contenidos de esta parte de la asignatura. Considero que el presente ejercicio supone un gran esfuerzo a nivel mental, consistente en la reorganización y estructuración de los datos que se han obtenido por diversas vías; exposiciones de la profesora, lecturas, debates en clase, etc. Dichos procesos dan como resultado un nivel de entendimiento mayor, se podría decir, que como el que ahora poseo sobre esta materia. A las cuestiones que planteaba la profesora para que iniciásemos nuestra reflexión creo que he respondido no directamente, pero si implícitamente. Éstas hacían referencia a si nos ha influido y si nos ha servido esta parte de la asignatura, a lo cual he de responder que sí, tal y como he intentado reflejar en esta síntesis de ideas.

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