27/10/09

El mejor guión

Es tiempo de soterrar, bajo nuevos escritos y dulces momentos de lucidez, caras, que hay incluso a quienes les producen miedo, problemas matemáticos, que nos dejan en evidencia, y demás artículos de tiempos no muy lejanos que se han encargado de custodiar nuestros blogs a lo largo del verano. Es tiempo de calurosas bienvenidas, presentaciones, reencuentros y de intentos de esbozar lo que será el nuevo (presente ya, pues en realidad esto debería haberlo escrito hace unas semanas) curso.


Un guión, en cierto modo, es una forma de esbozo de algo que aún esta por hacerse realidad. Y es que, aunque pertenezca a mi amado mundo cinematográfico, no puedo evitar tomar este concepto para describir lo me supone el albor de este curso.

Resulta muy difícil no ilusionarse y no sentirse agradecido al destino cuando confluyen tantos elementos novedosos y sugerentes. Nuevos lugares, nuevas metas, nuevas personas, nuevos horizontes y faros con los que guiarnos, reencuentros, o redescubrimientos, de personas ya conocidas que vienen a mejorar el enfoque con que disfrutarlas, nuevas sesiones de jazz, nuevos aparcamientos que buscar... Todo ello supone, en definitiva, retos y a la vez posibilidades de aprendizaje.

Potenciales elementos gracias a los que crecer y que, en este caso, vienen a ser la unidad de medida de un buen guión, tal como en el guión cinematográfico lo son las salas de cine llenas, las críticas favorables, el reconocimiento del gremio, los premios en los festivales, o todo ello junto.

De momento, los primero minutos de la obra son inmejorables, quizás incluso demasiado altos. Tan elevados como para suponer que será difícil que se sostenga el mismo nivel a lo largo del metraje. Pero, como es sabido, las buenas obras, para no agotar al espectador, deben alternar momentos intensos con otros más relajados y menos estimulantes.

Entre dichos minutos ya saboreados se encuentra, por ejemplo, una experiencia de aprendizaje cooperativo que ha sido tan fructífera que aún sigue dejando caer en mi cocorota algunos frutos maduros que hacen excitarse al paladar de mi conciencia. ¿Aún nos empeñamos en dividir los entornos y las experiencias de aprendizaje bajo las etiquetas de "formal" y "no formal"? ¿Hemos caído en la cuenta del papel que pueden llegar a tener las experiencias "no formales" dentro de sus antónimas? Difuminemos las fronteras y llegaremos a ver con más nitidez el cuadro completo. Es mi propuesta, o mejor dicho, una de ellas.

Por otra parte, e incluso insertada dentro de los anteriores minutos, se encuentra la agradable sensación que produce el redescubrimiento de personas ya conocidas. Nuevos ángulos desde donde observarlas, nuevos encuadres, nuevos filtros de colores, nuevas posibilidades, en defintiva, que me otorgan de seguir mejorando como persona. Gracias, pues.
¿Quizás demasiados ingredientes? ¿quizás demasiado sabrosos y estimulantes todos estos elementos como para combinarse exitosamente? No lo sé. Esto es lo mismo que dicen que le sucede a Ágora, el homenaje que Alejandro Amenabar, un gran director español, hace a uno de mis referentes como ser humano, Carl Sagan (juro que lo del pelo no es intencionado), lo cual, dicho sea de paso no será óbice para dejar de ver esta obra.

La que no falla en ingredientes, y casi diría que en nada, es la obra maestra, una de tantas, del gran Alfred Hitchcock, The Man Who Knew Too Much. Remake too much mejorado de la obra homónima que rodó en 1934 en Inglaterra. En la más reciente, la de 1956 rodada en Hollywood y en Tecnicolor, se encuentra la canción que interpreta Doris Day que mejor puede definir, y que de hecho hace con una asombrosa precisión, el panorama que vislumbro desde aquí, el albor del nuevo curso que, por otra parte, es el último. Es como ver un amanecer mientas te acercas a la pronunciada cascada de un río. 

6 comentarios :

Gloria Nogueiras Redondo dijo...

Metáfora brillante: “el guión”... lo que está escrito pero aún no ha acontecido.
Un regalo a punto de abrir cuando, frenando la impaciencia, te paras, lo miras, lo acaricias, lo mueves y, como un sagrado ritual, lo vas desenvolviendo con cuidado, para no romper el papel que lo recubre. A veces los momentos previos son los más mágicos...

Descubrir y redescubrir: ¿qué sería de la vida sin retos? ¿sin expectativas? Por eso no creo que haya que subir la guardia porque tan buenos presagios apabullen, simplemente... allá vamos, ya oigo el agua...

What will be, will be? You never know.

David Herrero dijo...

La que has utilizado tú tampoco está mal jaja.

Mi querido Punset viene a reforzar lo que tú dices: la evolución nos ha diseñado más para persiguir la felicidad, que para disfrutarla una vez alcanzada. De lo que se deriva su famosa frase donde dice que "la felicidad se encuentra en la sala de espera de la felicidad".

Gracias por el regalo, me vendrá bien para mi estancia en la "sala de espera".

Gloria Nogueiras Redondo dijo...

Siempre persiguiendo... nunca saciados y, aunque a veces me preocupa, la verdad de esta premisa se nos muestra sin mácula.

Es algo así como que... es el camino, la exploración, lo que importa, y no tanto una meta que intuyo nos sirve de motor pero de... poco más.

Así que... "por la sala de espera" :)

David Herrero dijo...

Los árboles de ese famoso proverbio que, según dicen, no nos dejan ver el bosque, esos detalles por los que pasamos sin sentir, equivocadamente obsesionados con nuestra idealización del futuro, con nuestro proyecto globalizador y con nuestras metas que, al fin y al cabo, son "sólo" eso, motores... esos árboles, por más que me acerque, con o sin remedio, a la cascada que desde aquí vislumbro, adornada, eso sí, con un precioso amanecer, me parecen cada vez más relevantes en aras de la felicidad...

Gloria dijo...

"Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte"

Alejandro dijo...

Hola

Joder, menos mal que me ha avisado Paloma de que habías vuelto a las andadas ;) y me alegro. Y encima te pillo, aquí, dialogando con Gloria, cosa mejor aún.

Bueno, qué estimulante ha sido leer esto y lo que escribiste después. Además me anima a seguir pensando, de cara al segundo cuatrimestre... ja .. ni las mentes más preclaras podrían imaginar lo que ocurrirá.. ja. ja.. Habrá al menos un par de cambios respecto el año pasado (por lo menos, nada fundamental) y a ver qué tal. Estoy seguro que no nos dejará impasibles.

Saludos y ya iremos escribiendo el guión entre todos, guión que nos regalaremos informalmente, claro.

Un saludo

Alejandro