10/6/12

De tal palo...

"¡Apreciad vuestas excepciones! Ellas son como la tosca estructura de un edificio en construcción, que indica que todavía queda mucho por venir y muestra dónde se erigirá el próximo piso".
- Consejo que William Bateson, genetista, padre de Gregory Bateson, dio a sus estudiantes (reproducido por Lipset, 1980:54).

¿Quién sabe qué influencias pudieron tener ideas de este tipo en Gregory Bateson para que, años más tarde, utilizara como una de sus piedras angulares la Teoría de los tipos lógicos, por ejemplo?

El caso es que la anterior frase es de la que se sirven Hammersley y Atkinson (1983), dos eminentes etnógrafos, para apuntillar que la inducción analítica -método, dicen, más adecuado para la investigación social que el hipotético-deductivo, del que no difiere completametne- ha de servirse de las condiciones necesarias, de las suficientes y de la búsqueda de evidencias negativas.

4 comentarios :

Alejandro dijo...

Hola David

Buena frase del padre de Gregory. No está mal como influencia intelectual. De hecho, él admitía que había sido una de sus grandes influencias (páginas 73-74 de Steps to an Ecology of Mind, en el artículo Experiments in Thinking About Observed Ethnological Material).

Las excepciones, diferencias sobre un plano de similitud, lo que no encaja. Me recordaba uno de los principios de Musashi sobre los que escribí en mi blog hace ya unos meses:"no te guíes por tus preferencias".
http://alejandroiborra.blogia.com/2011/031901-dokkodo-en-relacion-a-la-innovacion-docente.php

En cierta manera está relacionado, ¿no?

Gracias por compartirlo.

Un saludo

Alejandro

David Herrero dijo...

Hola Alejandro

Gracias por tu comentario. Sí que los veo relacionados, aunque uno vaya más orientado hacia el manejo de katanas y saltos por las paredes y otro al desarrollo de unos estudiantes de genética.

Me parece que ambos preceptos (si es que ambos se pueden incluir dentro de una misma categoría) orientan a sus practicantes a ser más conscientes tanto de lo habitual y cómodo para ellos, como de lo extraño e incómodo. Es como si ambos ayudaran a distinguir sobre la práctica. Luego, a partir de ahí, cada uno sugiere utilizar lo preferente y lo diferente de una manera. Así pues, también ambos orientan hacia una especie de gestión más afinada de uno mismo y de las cosas.

Ese artículo que mencionas es extraordinario. De hecho, vinculándolo con el post que referencias donde hablas sobre la innovación educativa, Gregory contrapone la influencia de su padre a la de las instituciones educativas. Y eso, cómo no podría ser de otra manera, me encanta.

Dice que "las escuelas y las universidades hacen muy poco por darle a uno una idea de los principios básicos del pensamiento científico". Hoy en día, por no dar, no dan ni trabajo al salir ellas. Pero me pregunto qué es lo que sí dan, ya que, como bien he visto ya estando dentro del día a día universitario, aquéllo en un no parar de hacer cosas, de llegar justo de tiempo a todo, de reunirse, de buscar, de preparar... ¿qué queda de todo eso? es lo que me pregunto.

Saludos
David

Alejandro dijo...

Hola David

Las citas enfatizan la necesidad de estar conectado a la experiencia y desarrollarse con ella, eso implica investigarla. Para investigar tienes que innovar e ir más allá, por eso es importante falsar, además de verificar (como ya sabes). Musashi aprendió a luchar a partir de su propio instinto, no aprendió formalmente de ninguna escuela (que al final, enfatizaba algún tipo de manierismo, alguna repetición de movimientos, que terminaba con la fluidez de poder adaptarse a las variaciones de cualquier oponente). Es como los tenistas actuales, aquellos que dejan de evolucionar, empiezan descender del ranking.

En la universidad hay también diferentes maneras de mantenerse y evolucionar o desarrollarse. A veces los que menos se desarrollan en un área, más se consolidan o mantienen en otras. Muchas de las actividades que mencionas, tienen que ver con posicionarse en la institución ante otros, también mucho cambio de mantenimiento (que no se aprecia pero es fundamental, hay que dedicar mucho tiempo, es como cuando pasa toda una mañana de no haber parado de hacer cosas y piensas, pero ¿qué he hecho hoy de significativo? Parece que nada, porque no se distingue nada muy especial ( o nada que genere mucho impacto). Pero mucho de eso prepara cambios a corto y largo plazo. En la universidad se aprende también a moverse en la política de la organización (que implica el funcionamiento en los diferentes órganos de gestión: grupos de investigación, áreas de conocimiento, departamentos, facultades, juntas de gobierno, etc...). En los momentos de transición (cuando las estructuras se están moviendo, sobre todo si hacía tiempo que no se movían) todo sale a la luz y es más detectable, y en parte más fascinante). Eso es un aprendizaje también del curriculum oculto que mueve muchas decisiones. Hay mucho aprendizaje ahí. La realidad de la universidad es muy poliédrica y compleja. Y el fin a veces es mantenerse y no siempre se sabe evolucionar y cambiar, lo que implica adivinar tendencias y moverse en su dirección. Anticiparse a los desafíos y no sólo tratar de remediarlos. Inventarse el futuro en el que se quiere estar y no sólo tratar de apañárselas con él. Y ahí estamos, todos. Gestionar tantos intereses diferentes, no es sencillo. Mucho cambio, pero más remediativo principalmente que desarrollativo, me temo.

Un saludo

Alejandro

David Herrero dijo...

Hola Alejandro

Tu primer párrafo, a parte de estar totalmente de acuerdo con él, me hace pensar que es tristemente común confundir 'manierismo' con 'fluidez'. Algo en esta línea apuntó en el último encuentro de innovación en docencia universitaria de la UAH Jurjo Torres, cuando dijo que las disciplinas 'disciplinan' nuestra mirada, equivocándonos al no dejarnos ver fuera de ellas o más allá de lo que ellas mismas proponen. Por ello pienso que la educación obligatoria (cada loco con su tema) enseña precisamente a pasarla, a superarla, pero a poco más. No sé si antes fue mejor o peor que ahora, o si en un futuro habrá otras posibilidades, pero por lo que he conocido esa es mi impresión. La universidad puede ser un terreno con menos vallas, más libre, más orientado a la interdisciplinariedad y que oriente más a los estudiantes a salirse de sus 'preferencias' a dedicar más atención y aprecio a sus 'excepciones'. Y yo, por suerte o no sé por qué, he conocido algo de eso. Para muestra, la propia supervivencia de este blog.

Respecto a tu segundo párrafo, lo dejaré aquí guardadito para ir mirándolo según note que me olvido de lo que dice. A veces parece que lo más fascinante y lo más divertido es lo que más nos acongoja y a lo que respondemos con más rigidez. ¿Se tratará entonces de ampliar con nuevas 'preferencias' el elenco con el que ya contamos, o de resignificar el concepto de 'preferencia' y el de 'excepción' en relación al uso que hacemos de ellos?

Un saludo