22/4/13

Conexiones: Carlos Castaneda, Bradford Keeney y Michael Haneke

Bradford Keeney: (sobre un curso que tuvo que dar sobre Castaneda en una pequeña universidad del medio oeste norteamericano) [...] En la primera clase, presenté material que "demostraba" la autenticidad de los trabajos antropológicos de Castaneda, y recordé a los alumnos que, a raíz de sus investigaciones de campo, había completado la licenciatura y el doctorado en el Departamento de Antropología de la Universidad de California en Los Angeles. Salí al paso de todas las manifestaciones de escepticismo de mis alumnos con "pruebas convincentes" tomadas de diversos libros que se ocuparon del fenómeno Castaneda (de Mille, 1976, 1980; Noel, 1976). Al término de la clase, mis estudiantes dejaron el aula perplejos, inquiriendo qué consecuencias tendría avalar la propuesta de que existe un mundo alternativo de experiencia como ése.

Comencé la segunda clase pidiendo disculpas a los estudiantes por haberles jugado una treta: les confesé que los libros de Castañeda eran un fraude, y que mi propósito en la clase anterior había sido mostrarles con qué facilidad podía persuadirlos a aceptar una argumentación irracional mediante ciertas proposiciones que gozaban de "autoridad". Traje a colación otras pruebas que "demostraban" bien a las claras la falsedad de las descripciones de Castaneda y sugerían que para su invención había tomado en préstamo las visiones psilocibínicas del botánico Robert Gordon Wasson. Agregué que, en numerosas oportunidades, el propio Castaneda admitió que todo era un invento suyo. La clase debatió luego cómo se la había engañado hasta hacerle creer la autenticidad de todas esas historias.

La semana siguiente volví a disculparme. Esta vez declaré a mis alumnos que los había embaucado exponiéndoles argumentos unilaterales contra Castaneda y su obra, del mismo modo en que antes había defendido su autenticidad. Les expliqué que era menester prepararlos así para llegar a un punto en que fuera posible formular interrogantes más profundos. Ahora resultaban evidentes ciertas cuestiones problemáticas: ¿Qué criterios se presentan en cada contexto particular para distinguir los hechos reales de la ficción?

La propia dicotomía entre lo que es ficción y lo que no lo es, ¿no surgirá acaso de una determinada concepción del mundo? ¿Hasta qué punto es real lo real?

- KEENEY, B. 1994. Estética del Cambio. Barcelona, Paidós.


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Entrevistador: ¿Qué puede hacer el cine?
Michael Haneke: El cine es el arte de la manipulación; no hay que olvidarlo nunca cuando se hace cine ni cuando se ven películas. No me refiero sólo a las películas de propaganda del III Reich ni a las películas hollywoodienses actuales. Siempre he querido que las mías sugieran una duda en cuanto a la realidad que muestran en la pantalla. Es para alertar el espectador, para despertar su vigilancia. También es posible, gracias al poder del cine, luchar contra las imágenes que, hoy en día, quieren hacer de la brutalidad un producto consumible.

- GUICHARD Y STRAUSS. 2006. Entrevista realizada a Michael Haneke. TÉLÉRAMA. 11/5/06 http://www.cineclubsabadell.org/recursos/recursos/doc105.pdf

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