- "lo esencial es invisible a los ojos" (El Principito) -
Sobre estos dos artículos del Diario Público se puede extraer conclusiones e ideas de uno u otro, pero me parece que lo más interesante será relacionar ambos y encontrar las conexiones entre ellos mismos y los datos que aportan ambos.
Tras leer dichos artículos del hábito lector de 10 a 13 años, y del de 14 años en adelante, me parece que se puede extraer dos conclusiones distintas, o hacer dos "lecturas" diferentes de los datos que aportan éstos. Por un lado, se podría llegar a la conclusión de que las personas según avanzan en edad disminuyen su apetito lector, y por otro, que las nuevas generaciones leen más que sus predecesoras. Si bien la primera idea puede ser discutible y hasta en algunos casos errónea, la que me parece totalmente cierta e innegable es la segunda. ¿Por qué?, pues la ampliación de la edad de escolarización obligatoria creo que ha sido una de los principales factores que han influido en que las generaciones más recientes lean más habitualmente que las menos recientes. Esto demuestra el gran potencial culturizador para la sociedad que tiene la escuela, y sobre todo la repercusión en los futuros hábitos lectores de sus alumnos. Cuando las actuales generaciones de ancianos eran niños, desde luego que leerían más que sus mayores, pero es que quizás la mayoría de sus adultos no leía nunca o casi nunca, no como ahora, que "sólo" un 43,1% "pasan" de la lectura.
Otro detalle que me llama la atención es que un gran porcentaje (84,1%) de los mayores de 14 años, o se declara lector frecuente, o no lee casi nunca o nunca, quedando como lectores ocasionales un 15,9%. Esto puede ser indicativo de que a la escuela le queda mucho trabajo por hacer, como por ejemplo salvar esa brecha entre los que leen frecuentemente y los que no lo hacen en absoluto, y ese trabajo se debe realizar ahora en las generaciones actualmente escolarizadas. Esa brecha puede deberse a diversos motivos, pero creo que uno de ellos son las diferencias socioculturales que se dan en la población, y sin duda, creo que es tarea de la educación cambiar la diferencia entre esos porcentajes, en la medida que sea posible.
Creo que algo en lo que no reparan al dar la noticia es que, inconscientemente o no, se relaciona el hábito de leer con el de comprar libros. Será en parte por que el estudio surge de la Federación de Gremios de Editores (de libros) en España. Actualmente acabamos de sufrir una revolución en el modo de acceder a la información. Una revolución positiva, ya que ahora existen otras vías, aparte de los libros, para practicar la lectura. Desde libros digitales en internet, hasta la prensa gratuita, pasando por la prensa digital. De esta manera creo que las cifras y porcentajes que se aportan desde el artículo son relativos, al poderse practicar el hábito lector de otras muchas maneras y sobre todo en otros muchos formatos además de los libros.
Tras leer dichos artículos del hábito lector de 10 a 13 años, y del de 14 años en adelante, me parece que se puede extraer dos conclusiones distintas, o hacer dos "lecturas" diferentes de los datos que aportan éstos. Por un lado, se podría llegar a la conclusión de que las personas según avanzan en edad disminuyen su apetito lector, y por otro, que las nuevas generaciones leen más que sus predecesoras. Si bien la primera idea puede ser discutible y hasta en algunos casos errónea, la que me parece totalmente cierta e innegable es la segunda. ¿Por qué?, pues la ampliación de la edad de escolarización obligatoria creo que ha sido una de los principales factores que han influido en que las generaciones más recientes lean más habitualmente que las menos recientes. Esto demuestra el gran potencial culturizador para la sociedad que tiene la escuela, y sobre todo la repercusión en los futuros hábitos lectores de sus alumnos. Cuando las actuales generaciones de ancianos eran niños, desde luego que leerían más que sus mayores, pero es que quizás la mayoría de sus adultos no leía nunca o casi nunca, no como ahora, que "sólo" un 43,1% "pasan" de la lectura.
Otro detalle que me llama la atención es que un gran porcentaje (84,1%) de los mayores de 14 años, o se declara lector frecuente, o no lee casi nunca o nunca, quedando como lectores ocasionales un 15,9%. Esto puede ser indicativo de que a la escuela le queda mucho trabajo por hacer, como por ejemplo salvar esa brecha entre los que leen frecuentemente y los que no lo hacen en absoluto, y ese trabajo se debe realizar ahora en las generaciones actualmente escolarizadas. Esa brecha puede deberse a diversos motivos, pero creo que uno de ellos son las diferencias socioculturales que se dan en la población, y sin duda, creo que es tarea de la educación cambiar la diferencia entre esos porcentajes, en la medida que sea posible.
Creo que algo en lo que no reparan al dar la noticia es que, inconscientemente o no, se relaciona el hábito de leer con el de comprar libros. Será en parte por que el estudio surge de la Federación de Gremios de Editores (de libros) en España. Actualmente acabamos de sufrir una revolución en el modo de acceder a la información. Una revolución positiva, ya que ahora existen otras vías, aparte de los libros, para practicar la lectura. Desde libros digitales en internet, hasta la prensa gratuita, pasando por la prensa digital. De esta manera creo que las cifras y porcentajes que se aportan desde el artículo son relativos, al poderse practicar el hábito lector de otras muchas maneras y sobre todo en otros muchos formatos además de los libros.
1 comentarios :
Exactamente. Como planteas ¿hay lectura de primera y segunda categoría?
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