5/4/09

Sobre la película documental Ser y Tener

- Monsieur Lopez, un compendio de buena praxis educativa -

Esta obra del cine documental viene a mostrarnos una serie de historias que forman la realidad cotidiana de un aula, una escuela unitaria, un profesor y sus alumnos, los padres de éstos últimos y el severo clima de una zona rural de Francia, lugar donde se desarrolla el argumento.

Ya en las dos primeras secuencias, a través del simbolismo, que el director también utilizará de manera excelente en otros momentos de la película con el mismo recurso, las tortugas, se puede ver algo de la esencia del clima que parece existir en el aula. La débil y difuminada línea que separa la vida escolar de estos alumnos de su vida fuera del aula queda representada por las dos tortugas que deambulan por ella, tras habernos mostrado como hacen lo mismo las vacas en un prado. Actividad de la cual, por cierto, viven los padres de dichos alumnos.

La distancia a la que se encuentran los elementos definitorios del aula de la cotidianeidad de los alumnos, o lo que es lo mismo, cuanto de discontinuidad existe entre el aprendizaje dentro y fuera del aula, lo marca el maestro. El director de orquesta, y nunca mejor dicho, pues cuenta con un repertorio de músicos de lo más heterogéneo, en cuanto a edades, a necesidades que satisfacer y a aprendizajes que mediar. Hacer que todos toquen al unísono es un arte, pero hacer que las notas que reproducen, los instrumentos que tocan y los sonidos producen estos alumnos no sean para ellos algo disonante, no signifiquen para ellos una rotura importante con su vida cotidiana y fuera de la escuela es algo al alcance de muy pocos. Este maestro, gracias a su pura vocación de enseñante, es uno de ellos.

No sé si el director al elegir el título de su obra, Ser y Tener, hiló tan fino como para querer expresar de una forma muy sutil elegante algo y que también ocurre en esta aula. Monsieur Lopez no sólo enseña a tener, esto es, a adquirir la serie de conocimientos y capacidades que se consideran necesarios para promocionar al siguiente curso, sino que, de una manera admirable, y digna de ser recogida en un documental, también enseña a ser. A ser persona, por supuesto. Son innumerables las situaciones recogidas en este documental en las que se nos muestra como a partir de un, a simple vista, leve comentario de, por ejemplo, el pequeño JoJo, se las ingenia para ir más allá de lo establecido, e indagar y a la vez hacer reflexionar y pensar a sus alumnos sobre aspectos que ellos difícilmente lo harían, ni siquiera con la ayuda de algunos de sus padres que se toman con tanto rigor y efusividad las operaciones matemáticas. Lo que hace este maestro, en este sentido, es aportarles enriquecimiento personal, pero como he comentado y se puede apreciar en la película, a partir de sus experiencias (pesadillas, números a partir de los cuales no se puede contar, etc.)

No quiero llegar a decir que se puedan equiparar los 104 minutos de este documental con los 3 años de la carrera de magisterio, pero sí que puede llegar a ser muy ilustrador sobre algunos tabúes con concepciones per se que se pueden extraer tras acabar este periodo formativo. Con las teorías de los nuevos métodos de enseñanza en mano muchas de las escenas que vemos en la película desentonan con lo que se supone, desde dichas perspectivas, debe ser un buen maestro, un seguidor de la moda docente. Rigor y formalidad antes de comenzar la clase, preguntas no respondidas pese a crear ciertos vacíos llenos de silencio e incómodos para los alumnos, sistema de enseñanza de la lectoescritura más bien anticuado, etc.

Pero, y qué mas da, me pregunto yo ahora, como también lo hacen los defensores de la perspectiva teórica consistente en indagar cómo los participantes del aula construyen conjuntamente un contexto de enseñanza, que utilice tal o cual método de enseñanza más o menos a la moda, como también tal o cual disposición espacial u horario. Si se tiene claro el propósito general de la educación, como demuestra tenerlo muy bien afianzado Monsieur Lopez, lo demás, las variables situacionales constitutivas del aula, sean del color o tendencia que sean, serán secundarias y dependientes de la construcción que se haga entre todos del contexto del aula.

De cualquier manera, se puede apreciar a lo largo de toda la cinta como el profesor traspasa una y otra vez la supuesta línea divisoria entre la educación escolar y la que no lo es, haciendo de la primera una experiencia lo más cercana posible a la realidad, al contexto inmediato del aula, esto es, la hace más humana y menos artificial.

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