Hermético, rígido, huidizo, parco en palabras, austero en cuanto a la expresividad emocional. Así era el genio del cine europeo, Robert Bresson, y con ello tienen que lidiar los dos valientes estudiantes holandeses de cine, Leo De Boer y Jurriën Rood, para lograr el documental del que presento su trailer a continuación.
Trece obras en cuarenta años, obras que encontraban a la mayoría de su público entre la gente de los círculos cinematográficos, obras, algunas, que lograron dejar en la quiebra a sus productoras. Ese podría ser el balance de la carrera Robert Bresson, y, sin duda, lo será para muchos, pero ahí mismo también, por el contrario, encontrarán otros un verdadero alegato en favor del cine como arte. Un alegato que Bresson no se ha encargado de dictar ni de promocionar públicamente más que con la realización de sus propias obras. De ahí la importancia de este documental, así como de los pocos libros que entorno a su figura y obra se han escrito, para llegar a aproximarse a este genio del cine.
El arte cinematográfico, obviamente, se construye a través del lenguaje cinematográfico, y éste tiene sus propias reglas, códigos, normas... y lo mejor de todo, es que los espectadores estamos en pleno proceso de aprendizaje, así como los creadores en pleno proceso de enseñanza, aunque ninguno de los dos lo sepamos.
El teatro filmado -actores en planos de cuerpo entero soltando parrafadas mientras ponen caras, acentúan el discurso e incluso hace ostensosos gestos de acompañamiento-, a pesar del tiempo que ha pasado desde que D.W.Griffith sentara las bases del lenguaje cinematográfico, sigue copando pantallas de cine, de televisores y el ancho de banda de redes ADSL. Bresson, a su estilo, tal como otros grandes directores que ha dado la historia del cine, aboga por alejase de lo antes mencionado, apuesta por escribir, indagar, manipular e idear todo lo que sea posible a través de ese lenguaje, para crear experiencias propiamente cinematográficas, donde la combinación del vídeo y del sonido haga desaparecer cualquier necesidad de diálogo y de sobreactuación.
Apenas condecía entrevistas, ruedas de prensa, ni participaba en publicidad, en cambio, y de una manera sutil, discreta y sobria, sí que dejó dicho cómo comprendía el mismo el cine a través de su publicación "Notas sobre el cinematógrafo". Quizás lo hizo para que la gente de los medios le dejara en paz, quizás, en un acto reivindicativo, quiso mimetizarse con el estilo de sus propias películas para decir con palabras lo que tenía que decir sobre el cine, o quizás no fue nada de eso, pero lo cierto es que algunos aforismos de dicha obra, como los que presento a continuación, dan lugar a imaginarse a alguien capaz de hacer hablar a una pantalla donde se proyecten imágenes en movimiento acompañadas de sonido.
"El cine no ha partido de cero. Todo ha de ser cuestionado de nuevo".
"Acostumbrar al público a adivinar el todo, del que sólo se le da una parte. Dejar adivinar. Provocar las ganas."
"Nada de actores. Nada de roles. Nada de puesta en escena. Sino el empleo de modelos, tomados de la vida. Ser (modelos), en lugar de parecer (actores)"
P.S.: a quien interese comenzar a degustar a este autor, bien podría comenzar por "Pickpokect" (1959), la historia de un carterista que no tendría por qué serlo; o por "Un condenado a muerte se ha escapado" (1956), una película sobre la ocupación nazi de Francia, en la que que, a pesar de saber ya desde el título su desenlace, a pesar de su sobriedad y austeridad, a pesar de su contención emocional, el espectador se podrá acercar más que nunca a lo que se siente estando encerrado entre cuatro paredes. Luego, ya llegarán otras por su propio peso.
2 comentarios :
José Asunción Silva
Nocturno
A veces, cuando en alta noche tranquila,
sobre las teclas vuela tu mano blanca,
como una mariposa sobre una lila
y al teclado sonoro notas arranca,
cruzando del espacio la negra sombra
filtran por la ventana rayos de luna,
que trazan luces largas sobre la alfombra,
y en alas de las notas a otros lugares,
vuelan mis pensamientos, cruzan los mares,
y en gótico castillo donde en las piedras
musgosas por los siglos, crecen las yedras,
puestos de codos ambos en tu ventana
miramos en las sombras morir el día
y subir de los valles la noche umbría
y soy tu paje rubio, mi castellana,
y cuando en los espacios la noche cierra,
el fuego de tu estancia los muebles dora,
y los dos nos miramos y sonreímos
mientras que el viento afuera suspira y llora!
¡Cómo tendéis las alas, ensueños vanos,
cuando sobre las teclas vuelan sus manos!
¡Qué bonito regalo para el día de la poesía!
Gracias, quien quiera que seas.
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