28/6/11

Rodeado

Sólo, sólo, sólo veo botes de pintura antioxidante oxidados a mi alrededor. Y no me encuentro ahora mismo en uno de esos almacenes escondidos en medio del bosque en los que McGuiver da lecciones de creatividad a algunos espectadores. Una sugerente duda acaricia mi mente: ¿dentro del concepto de "nuevas alfabetizaciones" se incluye la lectura de contextos? Da igual. Es una de cientos.

Esponjas que no absorben, puertas que se abren y dan a una pared, ruedas cuadradas, mesas sin patas, botellas sin tapones, cables sin cobre dentro, gafas sin cristales, narices sin orificios y otros artilugios por el estilo que pululan alegremente pensando que absorben, abren, ruedan, sostienen, contienen o hacen lo que se proponen hacer, son los que, a su vez, no hacen necesario acudir a la obra Buñuel o a la de Fellini para disfrutar de divertidas secuencias surrealistas.

Últimamente, estoy recurriendo a entradas anteriores de este blog para crear otras nuevas, y me pregunto si esto no será porque me siento lejos de ellas y de su contiguidad y porque esa lejanía la empiezo a contemplar insalvable.

- ¡RUST-OLEUM evita la corrosión de la pintura! De nuevo a la venta. -

17/6/11

Consigue la respuesta correcta, no importa que entiendas lo que haces (ii)

Hace dos años, durante mi segundo curso en la Licenciatura de Psicopedagogía, escribí una reflexión que titulé "Consigue la respuesta correcta, no importa que entiendas lo que haces" (influenciado por la lectura de alguna obra de Carl Sagan) para la asignatura de Diseño, desarrollo e innovación del currículum, impartida por Leonor Margalef. A lo largo de su extensión y a través de su densidad, trataba de articular, en definitiva, un alegato en favor de la toma de consciencia por parte de los profesionales educativos; a nivel individual y más local, buscando o ideando mecanismos o modelos donde se aprovechara la retroalimentación que surge de la práctica docente, sin miedo a pregunta alguna, con plena apertura a nuevas ideas, con un escrutinio riguroso y escéptico de las mismas, fundamentando, así, cualquier posible opinión, debate o decisión dentro de la práctica educativa; por otra parte, a nivel más global proponía -quizás un poco más a ciegas- ir más allá de la normalización de los criterios con los que poder elaborar un ranking de países, que al final acaba siendo un arma arrojadiza entre políticos encargados de la educación, y ahora también entre tertulianos que se sumergen en vino tinto.

Creo que lo que proponía, en el fondo, era desprenderse de cualquier argumento que careciera de fundamento, de cualquiera que su formación respondiera a criterios distintos de los que entran en juego en un análisis escéptico, lúcido e independiente de la realidad, en un análisis alejado de filias y fobias de cualquier tipo, a la hora de articular nuevas decisiones en un escenario educativo formal, al igual que a la hora, si que es llega alguna vez, de replantarse lo que ya se está haciendo.

Finalmente, sacaba a relucir mi propia experiencia como estudiante de la etapa secundaria cuando me encontraba en ambientes alejados de la opresión que para mí significaba perseguir una nota por perseguirla, me refiero a ambientes embriagadores, donde uno y sus propias ideas y experiencia no son despreciados, por no atendidos, sino que son desde donde partir, desde donde sumergirse en la búsqueda y elaboración de conocimiento y habilidades. Abogaba, así, porque el alumno entendiera lo que hace más que porque hiciera algo sin entenderlo.

Ahora lo releo, y veo implicaciones más profundas de las que veía antes para esta última proposición. ¿Cómo le digo yo a unos padres que da igual que su hija Perlita no sepa recitar los cabos y los golfos del litoral español, porque en clase nos hemos dedicado a entender los principios de la tectónica de placas? ¿Cómo le digo al abuelo de Romualdo que su nieto, a pesar de que se salga de las pautas que le dibujó el señor Rubio en el cuaderno, escribe atendiendo a detalles de su cotidianidad que otros no? ¿Cómo le explico yo a Irineo, mi compañero de ciclo, que sería oportuno modificar sobre la marcha la disposición de la programación para poder aprovechar con los chavales el eclipse de Luna que habrá dentro de dos semanas? ¿Cómo le digo a Balbina, otra compañera maestra, que no es preocupante no llegar al final del temario del libro del maestro, sino no tener un temario propio y distinto al de ese libro?

- ¡Ay, qué me los quitan de las manos! -

Quizás ya se hayan dado cuenta en los Institutos de Educación Secundaria de que a lo que realmente enseñan es a aprobar exámenes, a seguir ritmos que no son los propios, a seguir planificaciones y voluntades que tampoco lo son y que acaban creando dependencia, a no pensar más allá de lo dicho por otros, a no sentir apetencia por explorar a partir de las propias ideas e intereses, a guardar la fila, a tomar apuntes a velocidades extremadamente rápidas, a saber leer las palabras con que hace años otros compañeros resumieron un tema de filosofía y que nos han llegado en una quinta fotocopia de una fotocopia, a escribir letras diminutas que quepan en espacios reducidícimos de papel, a conocer la tensión que se siente al sacar de la manga dichos papeles en lugares y momentos donde según un profesor no está bien sacarlos, a experimentar la sensación de suspender un ejercicio matemático por no obtener el resultado correcto aún habiendo seguido todos los pasos que se decían en el libro de matemáticas, a crear un archivo de páginas web favoritas donde encontrar trabajos de esta etapa educativa hechos por otros alumnos, a sentir vergüenza por hacer algo impropio de uno mismo según otro, a buscar respuestas correctas y cerradas, a sentirse por encima de tus compañeros por sacar más y más y más notas que ellos; estos, a mi modo de ver algo infructuosos, aprendizajes, entre otros muchos por el estilo, son a los que se dan lugar. Quizás, por otra parte, daría igual haberlo descubierto.

Tengo la sensación de que en una situación de crisis prima, por encima de cualquier otra cosa, las ganas de salir de ella. Así, parece que se trata de dilucidar entre qué es lo básico y fundamental y lo accesorio, para quedarse con lo primero y desechar lo segundo, y eso que es más básico y fundamental también creo que se suele confundir con lo que está más a mano, lo que es más evidente y también, como en este caso, superficial: aprobar, quitarse el peso de encima, no perder el ritmo, ir a por la siguiente estación, y todo ello con la mayor celeridad posible, para que así pase antes el mal trago.

12/6/11

Do the opposite

Si hubiera una categoría de entradas de blog que fuera "Aquellas que se sirven para comenzar de una frase que dijo alguien", y dentro de ella otra se refiriera a "Aquellas que se sirven para comenzar de una frase que dijo Einstein", se podrían encontrar por la blogsfera muchas entradas pertenecientes a la primera categoría, pero casi habría más de la segunda, aunque, en principio, resulte difícil de imaginar. Bien, pues esta entrada sería una del subgrupo referido a buena competencia discursiva de Albert Einstein, ya que me voy a servir de una cita suya para comenzar, aunque reconozco que puede existir la duda de si realmente la dijo él porque se le ocurrió el mismo, o porque se la escuchó a otro, o si la dijo otro y se la han atribuido posteriormente a él, o si la dijo algún historiador por él en un arrebato de artista plástico, en concreto, de retratista, como el historiador Luis Suárez Fernández en su biografía de Franco que ha estado de actualidad los últimos días.

La cita a la que me refería de Einstein dice que "si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo". Algún tiempo después la quiso matizar añadiendo que la "locura es hacer una misma cosa una y otra vez esperando resultados diferentes", lo que orienta a pensar que realmente ambas frases fueron dichas por él, aunque acompañado en cada caso por personas distintas. Einstein propuso hacer diferentes cosas, elaborar o seguir procesos distintos, si queremos conseguir diferentes resultados de los que obtenemos con las cosas que hemos hecho o que hacemos actualmente. Lo que no dijo es cómo hacer esas diferentes cosas porque, es fácil hacer lo que uno ya sabe hacer, pero no lo es hacer lo que no sabe. A George Constanza, el más atormentado de los cuatro personajes de Seinfeld, se le ocurre una forma de hacer diferentes cosas para conseguir diferentes resultados.

 
- George, decidido a conquistar la victoria -

Cualquier espectador aficionado a la serie, además de asistir a uno de los mejores momentos de su quinta temporada, asiste también a un momento en el que George, aunque pueda no parecerlo, realmente hace algo distinto de lo que acostumbra, según dice él, desde pequeño: dice la verdad, con el valor añadido de que es al hablar sobre sí mismo a una bella mujer. Contra todo pronóstico, incluido el suyo, parece que sí obtiene un resultado distinto de los que obtenía antes, en concreto obtiene el resultado deseado, aunque no llegamos a saber si el pan de centeno sin tostar no le produce una mala digestión junto con la excitación derivada de la compañía de Victoria.

Dicho resultado, la reacción de esa mujer rubia, es agradable y deseado aunque imprevisible; se consideraría pues, precisamente por eso último, un feedback negativo. El feedback negativo no es negativo por que a uno le sienta mal algo, aunque pueda predominar eso, es simplemente la información impredecible que uno recibe y que depende de lo que se esté haciendo. En el caso del entrañable George, el feedback que recibe es gustoso, pero a todas luces imprevisto, lo que, además de un golpe de asombro y de risa en el público, significa la posibilidad de aprender por su parte, sacando valor de la experiencia. Esta posibilidad será efectiva en función del uso que haga de la información que ha obtenido, es decir, el aprendizaje no viene inmediatamente posterior a un feedback negativo, e incluso puede no llegar nunca, como señalé en un post anterior.

Esta escena es interesante para ver a través de ella la recepción que alguien tiene de un feedback negativo porque éste no causa estupor, frustración, miedo o emociones desagradables por el estilo, sino lo contrario, al menos en un plazo corto de tiempo. También es interesante, aunque quizás sólo para quien esté más familiarizado con este personaje, atender a cómo una acumulación de pequeños feedbacks negativos no gestionados o ni siquiera atendidos -que son los que acaban por frustrarlo- se convierten en su conjunto en un feedback positivo llegado un momento. Ese momento es en el que uno se confirma a sí mismo que es un estúpido, un facasado, o un primo hermano de lo anterior, y que si no hace algo para dejar de comportarse como lo viene haciendo, lo seguirá siendo. Así, Geroge, con la sugerencia de Jerry, decide dejar de "seguir sus impulsos" o, mejor dicho, decide seguirlos, pero en sentido opuesto. Esto añadirá un plus de humor a la comedia durante algunos capítulos, pero, en definitiva, no le será a George muy útil a largo plazo o, mejor dicho, no le será útil en un sentido desarrollativo, en el sentido de que la solución al problema también implique una solución en uno mismo con vista al futuro.

George decide atender a sus impulsos, los que, según él, le han llevado a no tener trabajo, a tener que vivir en la casa de sus apolillados padres y a quedarse calvo. Así, cada vez que se enfrente con una situación donde tenga que tomar una decisión, pensará lo que haría él mismo, para así hacer lo opuesto. Pasa de actuar por puro instinto a centrar la atención en esos instintos. De cualquier forma, la atención no sale de sí para poder obtener otro tipo de información. Sigue, pues, dejando de contemplar el propio contexto donde se desenvuelve como una fuente de información diferente, y potencialmente útil, con la que decidir.

2/6/11

Palabras

Escribo este post sólo porque quiero compartir con el lector las siguientes palabras: reproducir, soplar, romper, abrir, par, carrera, escurrir, huir, volar, caer, iluminar y espacio. Daniel Mercadente y Will Hoffman, con su dirección en Words, un vídeo que presento a continuación, también han querido hacer lo mismo, pero usando imágenes.

- el valor del contexto -

Si el lector ha recobrado el aliento, me gustaría compartir con él algo más. Se trata de la relación entre el contexto y el significado, o, dicho de otra forma, la posibilidad de dar o crear significado sobre algo en función del contexto. El contexto. Tu cama. Tu habitación. La mañana. La sensación de frío. El camino a tu trabajo. Subir con alguien en el ascensor. Bajar con ese mismo alguien cuando va a tirar la basura. Tu época de estudiante. Tu época de estudiante de estudios de posgrado. Una clase de la asignatura Habilidades Sociales donde se trabaja la idea de contexto. Esa misma clase un año más tarde; nuevos, repentinos y efímeros compañeros con los que trabajarás sobre el mismo tema. Pero entonces, ¿cómo puedo decir que es la misma clase?

Los contextos tienen marcadores que los hacen únicos, diferenciándolos de otras situaciones. Pero esos marcadores no los ha puesto ahí nadie, o si así ha sido, otros no tienen por qué leer lo mismo que ese alguien que se dedica a poner marcadores.

¿Entonces, quién define los contextos?, ¿cómo y en base a qué nos son definidos?, ¿o es que acaso lo hacemos nosotros mismos?

Me ha resultado una experiencia muy gratificante ver el anterior vídeo, pero aún más volver a verlo para así poder volver a fijarme en los contextos a través de los que se trataba de mostrar o evocar un concepto. Desde luego, si no has cortado o roto recientemente una relación sentimental con alguien, te costará más asociar la imagen de los dos jóvenes sentados en la cama con sus cabezas mirando hacia el suelo con la de cortar la corriente eléctrica, romper un plato o romper el orden con que están situadas las bolas de billar sobre la mesa antes de comenzar la partida.

Eso de entender los contextos, si es que es acertado usar ese verbo, consiste en la sensibilidad con la que se atiende a los marcadores, pero eso no es algo que se pueda elegir así como así, a bote pronto. Quizás un primer paso pueda ser caer en la cuenta de la tendencia que, según dicen (gente más sensible que usted, lector, y yo), tenemos a pensar que somos diferentes del contexto, así como que el contexto es algo objetivo y situacional.