29/4/13

Conexiones: Francis Bacon y un cura rural

Fracis Bacon: El mayor error de todos es confundir o situar indebidamente el fin último del conocimiento. Para los hombres con deseo de saber y de conocer; algunas veces por una curiosidad natural y un apetito indagador; otras para entretener sus mentes con la variedad y deleite, otras buscando ornamento y reputación; en algunas para poder contradecir y vencer en materia de ingenio; y la mayoría de las veces por lucro y mero trabajo; y rara vez con sinceridad para dar verdadera cuenta de su capacidad de raciocinio, para beneficio y utilidad de los hombres: como si hubieran buscado el conocimiento en un sofá en el que después descansar su espíritu indagador e inquieto; o una terraza, donde la mente deambulante y variante pueda subir y bajar para tomar la perspectiva justa; o un torreón, para la elevación de una mente orgullosa; o un fuerte o un comando de tierra, para luchas y disputas; o una tienda, para el beneficio y las ganancia; y no un rico almacén para la gloria del Creador y el alivio de la condición humana. Pero lo que de hecho va a dignificar y exaltar el conocimiento es que la contemplación y la acción estén más cercanas y más rigurosamente conjugadas y unidas de lo que han estado; una conjunción semejante a la de los dos más altos planetas, Saturno, el planeta del reposo y la contemplación, y Júpiter, el planeta de la sociedad civil y la acción. Ahora bien, no me refiero cuando hablo de utilidad y acción a ese fin, antes mencionado, de aplicar el conocimiento en el lucro y en el provecho profesional, pues no ignoro lo mucho que eso distrae e interrumpe la búsqueda de conocimiento [...]. Lo mismo que el cielo y la tierra conspiran y contribuyen a la utilidad y beneficio del hombre, el fin debe ser separar y rechazar especulaciones vanas y todo lo vacío y sin valor, y preservar y aumentar todo lo sólido y fructífero; que el conocimiento no sea como una cortesana, simplemente por placer y vanidad; o como una esclava, para beneficio y provecho de su amo; sino como una esposa, para la generación, los frutos y la comodidad.

- BACON, F. 1605. The advancement of learning. Dominio público. (traducción de andar por casa a partir del extracto de Maria Popova en Francis Bacon on the dark side of curiosity and vanity of knowledge 8/4/13 http://www.brainpickings.org/index.php/2013/04/08/francis-bacon-on-curiosity/)


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Joven cura de Ambricourt: [...] Me parece que hasta ahora he dudado bastante de mí mismo. La duda en sí no es humildad, hasta llego a creer que es algunas veces la forma más exaltada, casi delirante, del orgullo, una especie de ferocidad celosa que hace que un desgraciado se vuelva contra sí mismo para devorarse. El secreto del infierno debe de estar ahí.

- BERNANOS, G. 2009. Diario de un cura rural. Madrid, Encuentro.


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- El hombre examinándose a sí mismo, por Versalius-

4 comentarios :

Alfredo Serrano dijo...

Siempre he considerado la duda como un instrumento mágico que es capaz de hacerte avanzar buscando respuestas y de situarte de forma permanente en el infierno del eterno peregrino.
En "San Manuel Bueno Martir" Unamuno habla de eliminar la duda de la gente "... por la paz, por la felicidad, por la ilusión si quieres, de los que le están encomendados". Quizás exista alguien que sepa si es mejor vivir dudando y buscando o si es mas satisfactorio dormitar en una verdad heredada pero cómoda como la cama de Heidi. No lo sé..

David Herrero dijo...

Hola Alfredo,

El otro día le daba vueltas a si alguna gente aparentemente inconforme no está en realidad también disconforme con su propia disconfomidad, algo, me atrevo a decir, muy diferente, de estar sólo disconforme respecto a algo.

La cuestión que me llamaba la atención es que la propia inconformidad respecto a algo se vuelve materia, a su vez, de una inconformidad mayor, mientras que -y por aquí viene el problema- simplemente se considera o se tiene consciencia de la "primera" inconformidad, a pesar de que existen dos de diferente tipo.

Imagino que esto tiene alguna relación con aquello que nos dijo John sobre "estar cómodo dentro de la incomodidad", o, como alguna vez le he escuchado a Alejandro en relación a lo de hablar en público, "ponerse más nervioso por el simple hecho de notar que estas nervioso".

Sería, si me lo permites, como una hemorragia que se extiende más allá de los límites de un órgano, mientras que los médicos y enfermeros se siguen centrando en ese órgano desatendiendo el resto y, más importante, desatendiendo la relación del resto con ese órgano.

De una de las cosas que me acordé justo después de escribir este post -supongo que no lo incluí luego por no armar un pisto aún mayor- es del esquema que nos ha presentado alguna vez Tim, consistente en tres elementos y en sus relaciones: saber, investigar y hacer.

Como esto de los comentarios no da mucho de sí para explicarlo gráficamente, simplemente diré con palabras que cuando hay algo por hacer que rebasa el saber, se investiga. Ahora bien, vivir permanentemente en la posición de investigar creo que tiene varias implicaciones, entre las que atisbo no considerar suficientemente lo que sabes, y, por otro lado, no hacer todo lo que sí sabes.

Me gusta cuando llamas a la duda "instrumento mágico". Supongo que algo de su magia está en que, a pesar de ser algo que no lleva a ninguna parte a priori, que a veces es desagradable, y que la mayoría de ellas entorpece, resulta que es la que dirige el camino para, un tiempo más tarde, llegar a otras partes imprevistas y en mejores condiciones y, así, volver a encontrar lo agradable.

Supongo que se podría ver como convertir una piedra en medio del camino en un escalón. Lo que me inspiró a escribir el post fue un ligero temor a convertir la piedra en objeto de contemplación.

Gracias por tu mensaje, from England I guess, don't?

Alfredo Serrano dijo...

¿cuándo decides pintar la habitación? cuando descubres que las paredes están sucias, que han perdido el color. Pero eso no pasa de un dia para otro, sin embargo la alarma en el cerebro de que algo ha cambiado si parece encenderse súbitamente. Es como si ayer las paredes conservasen su color y hoy ya no. Ayer podía afirmar que sabía como era el color que quería en mi pared y además sabía lo que debía hacer y sabía cómo hacerlo para conservar ese color y hoy el mundo ha cambiado (en realidad mi percepción del cambio ha alcanzado su umbral). Hoy ya tengo muchas dudas de cómo quiero pintar la pared, de cuándo iré a comprar los materiales, qué haré con los muebles, elegiré un día u otro...empieza otra película.
Lo que de verdad me maravilla es que yo puedo vivir en esa casa plenamente satisfecho con el color de las paredes durante años y mi mujer no. Quizás esto esté también relacionado con lo cómoda que está ella haciendo planes para cambiar el color de la pared y lo incómodo que estoy yo en estos asuntos. Lo que quiero decir es ¿se puede elevar el umbral de la percepción de aquello que ya no funciona igual de bien por evitar la incomoda duda?. A veces creo que sería mejor aprender a estar cómodo mientras aprendes a lanzar una bola de golf en una postura incómoda que verlo cómodamente en el sofá.
En este momento en el que estoy puedo afirmar que eso de estar cómodo en la incomodidad es un arte al que estoy entregado (y no muy cómodo...por el momento)
Hermano, un abrazo desde la lluviosa England

David Herrero dijo...

"...elevar el umbral de la percepción..."

Le estoy dando vueltas a esa idea...

No sé si se trata de algo a elevar o algo a descender. Cuando utilizas "elevar", imagino que lo haces en el sentido de "dejar de notar", de "pasar a percibir menos que antes", o algo así. Sin embargo, esa idea requiere -creo que necesariamente- concebir por su parte el "percibir" como una especie de habilidad general consistente, precisamente, en notar, en distinguir, en encontrar diferencias significativas en nuestra experiencia. Es más, creo que, dentro de tu idea, se concebiría como una habilidad que parece ser llevada con nosotros y sobre la que podemos "regular" -subir o bajar, como apuntabas- su nivel de sensibilidad, la notoriedad de las diferencias necesaria para, precisamente, ser notadas.

Bueno, el caso es que eso de la "sensibilidad" es algo sobre lo que he pensado alguna que otra vez, también en términos de "elevar", "subir", "modificar", etc. y sobre lo que se me ocurre ahora decir que la contemplo como el conjunto de distinciones con las que cuenta una persona y que en su interacción con lo que le rodea las utiliza para hacer uso de su experiencia, para darle significado, para encontrar sentido...

Digamos que las distinciones son utilizadas en el observar, y que esa observación depende de ellas. Más aún, luego utilizamos otras distinciones a fin de describir lo observado.

El caso es que veo una estrecha relación entre las distinciones que una persona es capaz de manejar y la llamada "sensibilidad" desde la que atiende y da sentido a lo que le rodea.

A ver qué te parece esta frase de Bradford Keeney:
Trazar una distinción es el punto de partida de cualquier acción, decisión, percepción, pensamiento, descripción, teoría y epistemología.

with Kind Regards.