- Sesión 8ª - 23 de octubre
En la sesión anterior la profesora nos planteó una cuestión en relación al texto de Amelia Barquín y es ¿En qué perspectiva situaríamos a la autora y por qué?
En la mi sesión anterior le doy respuesta a esta pregunta, pero para esta sesión tendríamos la oportunidad de poner en común las opiniones de la clase. Para ellos nos dispusimos de una forma novedosa hasta la fecha, pero que parece que la vamos a utilizar a menudo, todos nos situamos en círculo para que nos pudiéramos ver las caras cuando hablábamos. Creo que esta disposición facilita el debate, cualquiera que hable o dé su opinión puede ser escuchado por todos. Situados de la forma ordinaria esto se hace más difícil.
Como digo en la sesión anterior, para mí, la autora se sitúa en el interculturalismo. Pero ahora tendría la oportunidad de comparar mi reflexión con las de los demás compañeros y compañeras. Una de ellas plantó una respuesta distinta. Situaba a la autora entre el relativismo cultural y el interculturalismo. Su principal argumento para ello era que obviaba el tema del pañuelo de la alumna musulmana, al igual que desde el relativismo cultural absoluto se obvian todas las diferencias culturales. Esto me hizo pensar que quizás esta compañera y yo, no interpretamos los argumentos de la autora de la misma manera.
Para mí, el tema del pañuelo, como dice Amelia en su texto, es una cuestión de un aspecto ridículo. Se trata simplemente de una prenda de vestir, que pertenece a la identidad cultural de las mujeres practicantes de la religión musulmana. Una diferencia que no tiene la suficiente “importancia” como para prohibirla, y tratarla como una deficiencia. Cuando digo importancia me refiero a la que se le puede otorgar desde la interculturalidad, no a la que, desde luego, tiene como elemento de su identidad cultural de dichas alumnas.
Para cerrar el debate llegamos a la conclusión de que la perspectiva de la autora se puede encontrar a camino entre la intercultural y la relativista cercana a la intercultural. De aquí me surgió una idea, y es que quizá, al no haber una respuesta que nos venga dada en la perspectiva intercultural, es decir, cada uno debe de construir y elaborar la suya sirviéndose de su sabiduría, puede resultar difícil valorar una actuación o postura distinta a la tuya, y situarla dentro de una de las tres perspectivas, ya que, en teoría, debe de haber diversas “sabidurías”.
Me parece que esta cuestión puede ser demasiado intrincada, pero me sirve para enlazar con el siguiente tema que tratamos en clase. Trataba sobre la necesidad de “algo” o “alguien” que en un sistema educativo dijera qué diferencias obviar, cuáles tratar y cuáles erradicar. La respuesta es La Legislación Educativa regulada por El Gobierno. Como se dijo en clase, creo que es totalmente necesario que exista, ya que sólo un “alto estamento” tiene la capacidad de ofrecer el principio de la igualdad de oportunidades a una sociedad en materia de educación. Al igual que lo hace en sanidad y bienestar social.
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