19/12/07

Diario de aprendizaje de Fracaso escolar. Capítulo 17

  • Sesiones 23ª y 24ª - 18 y 19 de diciembre

En la sesión anterior Laura nos entregó varios documentos. El primero es un texto que viene a complementar el análisis que hicimos del de Ruiz Paz, y que se titula “Sube el nivel, aumenta la calidad” escrito por Rafael Feito Alonso. Los siguientes son dos artículos de opinión de un periódico además de un artículo del diario El País donde se analiza el informe pisa de 2006.

El primer texto hace una revisión y análisis de los planteamientos que parecen están muy presentes en la realidad, y que adoptan algunos grupos de personas, según los cuales “desde que se extendió la escolaridad obligatoria hasta los 16 años el nivel no ha hecho más que bajar”. Este argumento, como puntualiza interesantemente Feito Alonso, es muy parecido al que sugirieron ya en el año 70, cuando se amplió dicha educación hasta los 14 años, los grupos más conservadores.

El problema original, que creo que es el mismo que seguimos arrastrando en la actualidad pero ya más difuminado, es que hubo una época en la que algo tan esencial para las personas, como el acceso a la educación y la posibilidad de acabar esta en una institución pública, estaba reservado para los sectores mejores posicionados económicamente, es decir, la minoría, quedando el resto, la mayoría, fuera de ese sistema. Este fenómeno creo que se trata de un verdadero atentado contra las personas que viven en países supuestamente desarrollados, y que se permiten el llamar a otros “tercermundistas”.

Este sistema tan exclusivo, fue recorrido en su totalidad por varias personas, algunas de las cuales ocupan hoy puestos de poder en los medios. Y es desde estos mismos medios desde donde se bombardea a la opinión pública con la idea de que el sistema educativo es un desastre. Creo que es demasiada casualidad que se promueva este tipo de opiniones justamente ahora que por parte de grandes profesionales de la educación se está trabajando desde la interculturalidad e intentando extenderla. Quizás la opinión sobre el estado de la educación esté en directa relación con el tipo de escuela, sociedad y personas que se quieren conseguir.

De esta manera la opinión que se analiza en este texto, que básicamente es la misma que aporta la autora del texto “¿Cómo educar qué?” del libro “Los Límites de la Educación” Mercedes Ruiz Paz, está unida a una visión homegenea, monolítica, y poco dinámica de la sociedad. Una visión que no entiende que la media de un sistema comprehensivo pueda ser mas baja que la de uno segregador, que mediante ese sistema comprehensivo el resultado que se obtiene es un aumento general del nivel, y que es insensible a la segregación de los alumnos “académicos” en detrimento de quienes los son menos.

Dos preguntas que aporta el autor de este texto y que parece que los poseedores de la opinión que éste mismo analiza no se hacen sobre el sistema educativo son si, ¿es una escuela para todos? y si ¿los conocimientos están sesgados a favor de algún grupo social? Estas preguntas no me parecen propias de una perspectiva asimilacionista, a su vez tampoco de la autora del texto antes mencionado Mercedes Ruiz Paz.

Retomando la idea del tipo de sociedad que se desea, tengo que decir que esta perspectiva me parece encarnada por los integrantes de grupos sociales privilegiados, los cuales, cómo no, quieren seguir siéndolo. De esta manera surge su visión de que una escuela que atienda a todos por igual, les resta posibilidades a ellos de obtener los títulos académicos que han conseguido históricamente, y que les facilitarían un empleo mejor, así se producen las migraciones hacia las escuelas concertadas y privadas. Desde esta perspectiva estoy seguro de que no se llega a ver la gran mentira sobre la que viven, que es su “superioridad cultural”.

El primero de los dos artículos de opinión extraídos de periódicos que nos proporcionó Laura se titula “La miseria de la escuela” y lo firma Vicente Verdú. De éste se puede decir que lo primero que hace es considerar como válido el informe PISA para sacar conclusiones acerca de la calidad de nuestro sistema educativo. Después de esto, interpreta los datos como negativos, al estar, por ejemplo, “detrás” de los búlgaros.

A partir de lo anterior basa su crítica en que la administración debe de aumentar su inversión en educación, ya que así sería un tema considerado dentro de la categoría más importante, yo me pregunto si este tema puede estar en otra categoría que no sea esa, la más importante. Me surgen dudas al plantearme si los temas sobre los que más invierten los gobiernos son los mejor se llevan a cabo, y cuando digo mejor me refiero para la mayoría de la ciudadanos.

Se puede observar que considera que la labor del maestro es la de “llevar el saber al interior del alumno”, y que esa labor ya no la pueden ejercer de la mejor manera posible los profesores más mayores, ya que no existen entre ellos y los alumnos temas de interés concretos, además de ineficacia actual de la jerarquía y la autoridad. Considera que esa labor la realizarían mejor los profesores jóvenes y jovencísimos, debido a la astucia de la empatía y el contacto que estos pudieran aportar.

Por otra parte, me parece que hace dos buenas observaciones en su artículo, la primera, y la última. La primera que ya he comentado, es que la educación debería de ser para el gobierno, si es que acaso no lo es, un tema de la mayor importancia posible. La última y con la que concluye el texto se refiere al cambio que ha sufrido el mundo del conocimiento, el cual ya no solo se concentra únicamente en los libro, sino también y en gran medida, en lo medios audiovisuales. Para el manejo de estos nuevos medios, no tengo ninguna duda de que los maestros más jóvenes, simplemente debido a una mayor familiarización con ellos, son más capaces de manejarlos adecuadamente en busca de una integración de estos, y su aprovechamiento dentro del aula.

Con esta última conclusión se hace referencia a una cuestión que ya tratamos en clase, es que el sistema de acceso a la información del que dispone la sociedad ha cambiado enormemente, y que la escuela no debe de ser ajena a este gran cambio social, de la misma manera que a ningún otro.

El otro artículo que nos proporcionó Laura se titula “Avisos para no quedar en evidencia comentando PISA”, y está escrito por el sociólogo Julio Carabaña. En este texto, a diferencia del anterior, se pone en entredicho la capacidad de este famoso informe para determinar la calidad de un sistema educativo. El informe aporta una visión desde una evaluación formativa, y cae en una comparación entre sistemas ficticia, ya que se obvian factores que tienen su influencia en el resultado.

Este informe me parece un método de globalización nada adecuado ni adaptado a la realidad, tal como vimos en uno de los textos al comienzo de la asignatura, cuyo mayor defecto es la capacidad de penetrar en la opinión de la sociedad, para que emitan un veredicto, positivo en algunos casos y negativo en el nuestro, sin ni siquiera haber reflexionado sobre la realidad.

Encuentro un vínculo con el anterior texto cuando argumenta que “lo que los alumnos aprenden tiene poca o nula relación con el gasto en enseñanza”, de aquí se deduce por tanto que incrementar la inversión en educación no tiene una repercusión con la supuesta “calidad” que pretende medir este informe de los sistemas educativos, creo que al igual que idea que dice que una docencia de calidad no es una docencia basada en el conocimiento científico. De esta manera encuentro otro vínculo con una idea que surgió al principio de la asignatura, es que las respuestas en términos de educación no nos vienen dadas, es más creo que no nos deben de venir dadas, sino que es necesario reflexionar sobre la realidad con la premisa de que es necesario comprender que el actual sistema es sólo uno de los posibles, y seguramente no el más acertado desde un punto de vista social.

La cuestión más importante para valorar en sí mismo al informe PISA es si realmente nos da una información relevante para mejorar el sistema. Yo creo que no, por lo anteriormente expuesto, y por que no creo que después de todo lo tratado en esta asignatura, sea conveniente basarse en un método que busca la competitividad, la eficacia, y la orientación a los resultados, para juzgar la calidad de un sistema educativo, cuando ya hemos nos hemos dado cuenta de que el uno de los objetivos de la educación es incluir y hacerse responsable de todos los alumno. La escuela no se puede basar sólo en objetivos académicos ya que si quiere cumplir su verdadera función, deberá atender también a los objetivos sociales y de integración sociocultural, sin obviarlos en ningún momento, tal y como no hace este informe

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