- Sesiones 16ª y 17ª - 20 y 21 de noviembre
Durante estas dos clases, en cierto modo, recuperamos la normalidad al regresar Laura para impartirnos las sesiones. Comenzamos retomando algunas de las ideas de Gimeno para responder a dos cuestiones: ¿qué es fracaso escolar? y ¿que es la normalización?
Poco a poco voy (vamos) asimilando una visión mas detallada y profunda del sistema educativo. Es un proceso que define normas. Lo establecido y lo aceptable, y lo que no lo es. ¿Qué sucede cuando algún sujeto no está dentro de lo establecido y aceptable? Pues “fracasa”. Pero si ahora pensamos que este sistema es el encargado de educar a ese sujeto y a todos sus iguales obligatoriamente, surge la idea de que lo que fracasa es el propio sistema, al no encontrar y no dar la respuesta adecuada a ese sujeto.
Cada vez me parece más importante la propuesta que hacía Gimeno en su discurso transcrito, de atreverse a pensar que el sistema educativo actual y su estructura y organización solo son una posible forma de este mismo. No es algo inamovible, ni una ley natural la forma actual que conocemos de sistema educativo. Por lo que no se nos presenta ningún problema en pensar en otra forma que de una respuesta mas adecuada a los sujeto.
Gimeno hacía hincapié en la evaluación, pero en clase vimos que hay mas aspectos que pueden ser merecedores de una reflexión por nuestra parte, en cuanto a su funcionalidad.
La organización es uno de ellos. Ésta se hace de acuerdo con las etapas previstas por Piaget en su teoría psicoevolutiva. Quizá sea conveniente flexibilizar esa organización, buscando como objetivo una mayor adaptación del sistema al alumno. Quizá también sea conveniente cambiar o modificar algunas de las prácticas educativas. Es muy evidente que se abusa del contenido conceptual, y que es lo más trabajado por los profesores. No estaría mal del todo, si luego siguiera a ese concepto un procedimiento para ponerlo en práctica y asimilarlo. Pero eso pocas veces sucede, en parte por el abuso de los conceptos. Quizás, sea conveniente rebajar su cantidad y en su lugar incorporar contenidos procedimentales, que den como resultado un aprendizaje verdaderamente significativo para el alumno, que, desde mi punto de vista, es de este aprendizaje del que más provecho va a sacar un ser humano a lo largo de su vida, no del memorístico.
Gimeno me parece que centra más su crítica en las consecuencias negativas del sistema, como el etiquetado y los procesos de jerarquización e incluso de exclusión. Me parece que sería más interesante centrar la crítica y el posterior debate en “lo que podría ser” el sistema educativo y lo que no es. Un posible sistema que serviría para limar las desigualdades sociales lo convertimos en uno que no las lima, las agrava en algunos casos, y además crea otras desigualdades provenientes de la jerarquización que produce su sistema de evaluación. Éste es el mecanismo que mantiene en marcha a todo el sistema, casi se podría decir que es su seña de identidad.
El objetivo de toda la comunidad educativa parece ser que es aprobar y pasar de curso. De esta manera se olvidan los verdaderos objetivos de la educación que se pueden resumir en este. Crear personas que entiendan y comprendan el entorno que les rodea de la manera más provechosa posible para ellas y todos sus iguales.
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